Parte I
Por Walter J. Velàsquez
El
problema no es el niño, el problema es la familia
A mi consulta llegan muchos padres
agobiados por los problemas de comportamiento de sus hijos, que van desde
rebeldía, agresividad, problemas escolares hasta situaciones más graves que
incluyen infracción de las normas sociales. La mayoría de estos padres buscan
al psicólogo para que “cure” al niño de su síntoma, como si este fuera un
problema aislado.
Autores como Alexander Sutherland Neill han dicho que “No
hay niños problemas sino padres problema”. En otras palabras, el niño
“problema” es el síntoma de una familia enferma, así como un absceso en la piel
es el síntoma de un proceso infeccioso dentro del organismo. De manera que si
queremos que el niño “mejore”, es necesario que toda la familia se comprometa a
cambiar creencias, actitudes y comportamientos.
Una familia donde no hay comunicación ni
afecto y donde existe agresividad verbal o física es el lugar propio para que
aparezcan los llamados niños problemáticos. Por ello, si queremos que los niños
mejoren su comportamiento, toda la familia debe estar dispuesta también a mejorar.
Con este se inicia una serie de artículos
que aportarán información valiosa a las familias acerca de pautas de crianza
que mejoren la relación con sus hijos. En ellos encontrarás los 6 factores que
todo padre Consciente puede practicar y conocer.
1.
Desarrolla en el potencial de tus hijos
2. Ten normas claras y
coherentes
3. No les des todo lo que te
pidan
4. Dales tiempo, amor y
aceptación
5. Déjalos Ser ellos mismos
6. Comunícate de manera
Consciente
Desarrolla en el potencial de tus hijos
La definición de liderazgo de Stephen Covey,
autor de los 7 hábitos de las personas altamente efectivas, es la siguiente: “Liderazgo es ver el
potencial de las personas de forma tan clara que se sientan inspirados a verla
en ellos mismos”.
Todos los niños y niñas - Sin importar la
forma en que se comporten- tienen potencial. Todos tienen la posibilidad de desarrollar
ese potencial y llegar a ser grandes. ¿Qué impide que desarrollen todo su
potencial? La respuesta es: que sus padres y profesores muchas veces los
convencen de que son malos y no tienen potencial.
Para un niño pequeño, sus padres son como
dioses y todo lo que estos les dicen es para ellos una verdad. Así que si sus
padres, y más tarde los profesores, les repiten una y otra vez que son
“insoportables”, “irresponsables”, “malos estudiantes”, etc. Estos niños
terminarán convencidos de ello y actuarán conforme a esa creencia.
En el libro de Stephen Covey, “Los 7
hábitos de la gente altamente efectiva”, este autor habla del “efecto
Pigmalión”. Dicho efecto consiste en que las personas se comportan según la
manera en que las tratamos. Si tratas a un niño como un inválido que no se
puede valer por sí mismo, actuará de esa manera. Pero si lo tratas como una
persona responsable que se puede hacer cargo de su propia vida, este actuará en
consonancia con ello.
A mi consulta llegan muchos niños y niñas a
los cuales sus padres y profesores les han afirmado una y otra vez sus aspectos
negativos. Ellos han terminado creyéndoselo y por eso les cuesta expresar todo
el potencial que llevan dentro. A ellos les gusta más comportarse como rebeldes
sin causa, ya que eso concuerda con lo que les han dicho durante toda su vida.
¿Qué pasa si los padres, de repente empiezan
a tratar a sus hijos como personas que tienen potencial? La respuesta es que
ellos empezarán a desarrollarlo. Por lo tanto, no deberían enfocarse en las cosas
negativas que ellos hacen, sino en lo positivo. Todos –sin excepción- tienen
dones maravillosos que han venido a traer al mundo. Pero es el mundo el que,
muchas veces, les cierra las puertas evitando que puedan expresar esos dones.
Recuerdo el caso de un niño que llegó a una
Fundación en la que trabajé. Él decía muchas palabras soeces y no obedecía a
los adultos. En su casa siempre le habían dicho que era un grosero y un
desobediente, y eso era justamente lo que hacía. Pero yo empecé a tratarlo de
forma diferente. Él seguía diciendo palabras soeces y no hacía caso. Pero a
veces se portaba bien por 15 minutos o media hora. Yo me enfocaba en ese tiempo
que se había portado bien y no me cansaba de felicitarlo y decirle a todos que
este niño era un verdadero caballero. Él tenía una lucha interna entre lo que
yo le decía y lo que le repetían en su casa. Al final, ganaron mis palabras y
hoy en día este niño se comporta de una buena manera. Mejoró considerablemente
en un lapso de tiempo muy corto.
Tú puedes empezar a vivir y replicar estos
casos de éxito. Para hacerlo necesitas empezar a fijarte en el potencial
positivo de tus hijos. Para ello puedes afirmarles ese potencial a cada
oportunidad y felicitarlos cuando tienen comportamientos constructivos.
Volviendo a la frase de Covey que cité
arriba, creo que la misión de los padres es ver el potencial de sus hijos de
forma tan clara, que ellos crean en ese potencial y empiecen a verlo en ellos
mismos. Cuando eso sucede los cambios serán sorprendentes.
Muriel Summers, la directora de la escuela
A.B. Combs de Estados Unidos, explica la transformación de sus alumnos con la
siguiente fórmula: “Los niños nos oyen elogiarles en todo momento. Nos oyen
darles las gracias. Les decimos todos los días lo mucho que les queremos y todo
lo que los apreciamos. (…) queremos que los niños sepan que creemos en ellos.”[1]
En el colegio A.B. Combs constantemente los
niños leen y oyen frases como estas: “Nos concentramos en lo que pueden hacer,
no en lo que no pueden hacer”, “nos centramos en lo positivo”, “todos los niños
son importantes”, “eres una persona importante, tienes muchos dones y mucha
capacidad”. Muriel dice: “Es raro que un niño pase un día sin que se le llame
por su nombre o sin recibir ningún tipo de cumplido”[2].
No a
las etiquetas
Una de las cosas que solemos hacer los
adultos es crear etiquetas para identificar a los niños que consideramos
“problema”. Crear esas etiquetas es muy peligroso ya que, una vez creadas, sólo
veremos a estos chicos a través de esos estrechos lentes. Y no importa cuántas
cosas positivas hagan, sólo veremos lo negativo.
El niño no tiene desarrollada una
personalidad, él está formando la imagen de sí mismo a partir de lo que otros
dicen de él. Según la terapeuta Gestáltica Guadalupe Amescuaː
“En ocasiones
los padres o maestros etiquetan al niño de flojo, tonto y este al formar su
imagen a partir del otro, actúa de acuerdo -con lo que le dicen que él es”
Etiquetar a los hijos con frases limitantes
es una manera de condicionarlos negativamente. En vez de eso, es importante reconocer
sus logros y habilidades y fomentarlas por medio de frases constructivas.
Recordemos el efecto Pigmalión, cuando
etiquetamos a un niño o niña, este empezará a comportarse de acuerdo a su
etiqueta. Así que no importa cuán negativo sea su comportamiento, debemos
tratarlo como si ya fuera aquello en que queremos que se convierta.
Goethe dijo alguna vez: “Trata a un hombre tal
como es y seguirá siendo lo que es. Trata a un hombre como puede ser y lo
convertirás en algo mejor de lo que es”. Mantén la visión de lo que un niño o
niña puede llegar a ser y trátalo como si ya lo fuera. Pero no es sólo cuestión
de tratarlos de forma amorosa. Además de eso hay que afirmarles su potencial,
recordándoles todas las cosas positivas que tienen y cuán lejos pueden llegar.
La filosofía del Colegio A.B. Combs es
revolucionaria, y esto lo demuestra con el siguiente postulado:
“Si tratas
a todos los alumnos como si tuvieran un don, y los miras a través de esa lente
que te permite ver que tienen algún tipo de don, siempre alcanzarás esa
expectativa[3]”.
Pasos para
ser Padres Conscientes:
1. Creer y tener fe absoluta
en el potencial de tus hijos
2. Darles abrazos y
felicitaciones a los niños por cada cosa positiva que hagan
3. Evitar ponerles etiquetas
negativas
Si deseas profundizar en este tema, solicita el taller vivencial: Escuela de Padres.
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